Nació en Santo Domingo el 21 de octubre de 1850. Poeta y educadora. Figura central de la lírica dominicana del siglo XIX y pionera de la educación femenina formal en el país. Hija del escritor y educador Nicolás Ureña de Mendoza. Recibió las primeras lecciones de lectura y escritura de su madre Gregoria Díaz, ya que en la época de su niñez a la mujer dominicana sólo le era permitido asistir a pequeñas escuelas prima-rias instaladas generalmente en casas privadas. Luego su padre la introdujo a la lectura de los clá-sicos españoles y al estudio de la literatura francesa. Gracias al esfuerzo común de sus proge-nitores, Salomé Ureña obtuvo una sólida y temprana formación intelectual que le facilitó entrar al mundo literario nacional cuando todavía era una adolescente de apenas 15 años de edad. En 1880 contrajo matrimonio con el es-critor, médico y abogado Fran-cisco Henríquez y Carvajal y al año siguiente, ayudado por éste y estimulada por las ideas educa-tivas positivistas del educador puertorriqueño Eugenio María de Hostos, fundó el 3 de noviembre de 1881 el Instituto de Señoritas, primer centro femenino de ense-ñanza secundaria establecido en la República Dominicana y donde se formaron las primeras maestras del país. Publicó sus primeros versos en el Boletín Oficial de Santo Domingo y después en los periódicos El Universal, La Opi-nión, El Nacional, El País, El Es-tudio y Letras y Ciencias. En su poesía predominan tres temas : a) el patriótico, donde aflora su de-seo por el bienestar de la sociedad dominicana [“La fe en el porve-nir", "Mi ofrenda a la patria", "Ruinas” y "Gloria del progreso"], b) el sentimental, caracterizado por su apego a la naturaleza y a la familia [“En horas de angustia”, “Mi Pedro”, “La llegada del invierno”, “El ave y el nido”] y, c) el indianista, corriente literaria a la cual recurre al momento de exaltar a la raza indígena quis-queyana exterminada por los conquistadores españoles desde los primero años de la coloni-zación [Anacaona]. Por su espí-ritu patriótico y por la sencillez, la pureza y la corrección de sus versos, Salomé Ureña ocupa un lugar de primacía en la historia de la poesía dominicana. Murio en santo domingo el 6 de abril de 1897.
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